sábado, 16 de octubre de 2010

Decisiones

¿Que es lo que hace a una decision buena o mala? Una decision se toma frente a dos variables. Como mínimo, puedo hacer esto o no hacerlo. Siempre hay algo contra lo que comparar, siempre hay opciones. Desde la base: prendo la tele o me quedo mirando el techo ¿Es mejor prender la tele? ¿O lo es mirar el techo? Depende. Depende del juicio de valor que tenga la persona. Tal vez mirar el techo lo lleva a reflexionar sobre su vida, utilizando ese tiempo valiosamente. O puede que mirar el techo lleve a la persona, justamente, a reflexionar sobre su vida, cosa que no desea. Jugar un partido de fútbol es igual de bueno o de malo que salir a navegar. Las dos cosas son divertidas y llevan sus pro y sus contras. Claro que son más los pro, o más fuertes. Si el partido de futbol se pierde o si el barco se queda varado son hechos independientes. Nosotros no elegimos que se rompa el mástil del barco ni meter un gol en contra. Son cosas que pueden pasar cuando tomamos una decisión. La calidad de la decisión no depende de lo que suceda una vez tomada, sino de seguir lo que queremos al momento de decidir. Y ésto es lo más difícil, o fácil.  Es fácil si ya se sabe lo que se quiere, entonces la persona orientará su acción hacia decisiones que lo acerquen a su objetivo. Si no lo sabe, dudará ante muchas variables igual de apetecibles o despreciables. Y éste sí que es un flagelo para quien tiene que tomar una deción ¿Que pasa si hago esto, o si hago lo otro y dejo de hacer esto? Hay que partir de que no se pueden hacer muchas cosas a la vez, salvo que se quiera mascar un chicle, andar en bicicleta y escuchar música en formato MP3. Pero este ejemplo, en realidad, exhibe pequeñas decisiones que son una gran decisión, la de salir a andar en bicicleta ¿Que pasa con ejemplos menos estúpidos, o más complejos? El decisor puede lidiar con opciones como mirar el techo o ir al recital de Paul Mc Cartney en River. Pero si a esto le sumamos otras opciones, entonces se vuelve un poco tedioso tener que elegir. Con esto no animamos al lector a que deje de ser popular, o a que deje de buscar ser popular -porque quien no lo es, por lo general, busca serlo-. Por el contrario, fomentamos la popularidad en nuestros lectores, que deberán elegir entre muchas opciones  los fines de semana. Y lo podrán hacer basándose en las siguientes conclusiones:

- Lo que más quiere hacer, es lo que debe hacer.
- Si no sabe qué es lo que más desea hacer, guiese por su estómago.
- Una vez tomada la decisión, no cambiarla ni ponerla en duda, ni pensar en lo que hubiese sido si decidía otra cosa.

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